Capitulo 4
-¿Qué?- dijo de mala gana.
-No te enfades, ¿porque te has ido así?
-Porque no soporto verte con ninguno de esos dos.
-Enserio Erick, no te pongas celoso, que no sé cómo quieres que te
lo demuestre más- le dije yo cogiéndole de la mano.
-Ya Serena, pero no sé, es que no
quiero que estés con ellos.
-No Erick, tú muchas veces has estado con muchas chicas y yo no te
digo nada, porque confío en ti, confía tú en mí, en que no voy a hacer nada,
solo son mis amigos.
-Está bien- me sonrió y me dio un beso rápido- Volvamos a la
clase.
Volvimos a donde estaban todos y la profesora estaba dividiendo a
la clase por grupos, íbamos a dividirnos y cada uno tendría que luchar con uno
del otro grupo, para practicar. Yo estaba en el grupo de Erick y Daniel, pero
Marcos estaba en el otro.
Empezaron luchando Daniel contra Hugo, luego fui yo contra Melany,
ella pasaba de esto asique no opuso resistencia y la gane fácilmente. Luego le
tocaba a Erick contra Marcos. Vi la sonrisilla traviesa que le aparecía a Erick
cuando le dijeron contra quien iba a combatir.
-Esto va a ser divertido- susurro Erick en bajo, pero lo
suficientemente alto para que yo lo oyese. Le agarre de la mano.
- A ver que haces- le dije amenazante.
-Nada, solo lo permitido.- dijo y siguió avanzando. La profesora
le dio el florete y le deseo buena suerte.
Marcos y él desplegaron las alas, las alas de Erick eran blancas
tirando a un color azul oscuro, como sus ojos. En cambio las alas de Marcos
eran rojas con algunos destellos verdes, no las había visto nunca, todas las
alas solían ser iguales, blancas con algunos destellos del color de tus ojos,
menos las mías y las de mis hermanos que eran de un color totalmente distinto
con destellos azules como nuestros ojos. Todos se quedaron asombrados a ver sus
alas, era imposible que tuviese esas alas, a menos que tenga madre ángel y
padre demonio. Empezaron a volar y subieron muy alto. Ya arriba empezaron a
enfrentarse, eran muy buenos los dos, tenían reflejos, y eso hacía que pudiesen
parar al otro y tener oportunidades. Tenían 5 minutos, y si no ganaba nadie
tenían que bajar. La cosa estaba tensa, de momento no había marcado ningún
tanto ninguno de los dos. Cuando faltaba poco para que terminase Marcos le dio
a Erick en el hombro y le hizo un pequeño corte. Erick no se lo tomo muy bien,
y se abalanzó sobre él, pero la profesora les ordeno que bajasen que se había
acabado el tiempo.
Erick vino hacía mi enfadado.
-Ey, no te enfades, lo has hecho muy bien- le dije. Vi como Marcos
sonreía con suficiencia.
-Pues me jode que ese me gane, encima ahora se cree que se yo-
dijo apretando los puños.- Encima no te quita la mirada de encima, me está
poniendo muy nervioso- dijo pasándome un brazo por la cintura.
Me acerque más a él y le bese, vi por el rabillo del ojo que
Marcos apretaba los puños con rabia mientras nos miraba. Fue un beso muy
apasionado. Nos separamos, ya que la gente nos miraba. Erick ya estaba un poco
más relajado. Termino la clase y nos fuimos a nuestras habitaciones.
-¡Que fuerte!- entro gritando Melany, Laura y yo nos miramos
sorprendidas.
-¿Qué fuerte el qué?- la pregunto Laura.
-Marcos esta por ti- dijo riéndose y señalándome.
-Sí, también- dije yo tumbándome en la cama.
-Oh vamos, no has visto como se ha puesto cuando te has besado con
Erick- dijo maliciosamente.
-Que no Mel, que es mi amigo nada más- le dije yo muy convencida
de mi misma.
-Bueno, ya le lo dirás más adelante.
Como ya era tarde y no me apetecía cenar, me metí en la cama y me
dormí hasta la mañana siguiente.
Me desperté con el despertador de Mel, que era una musiquita muy
estresante.
-Apaga eso- la dije tapándome las orejas con la almohada.
-Voy, es que no lo encuentro- dijo haciendo mucho ruido.
Cuando por fin logramos encontrarlo y apagarlo, nos levantamos de
la cama y fuimos a despertar a Laura como siempre, no sabíamos cómo pero ella
nunca se despertaba con el maldito despertador.
Nos duchamos como cada mañana, y nos vestimos rápido para bajar al
comedor ya que teníamos mucha hambre.
Las clases fueron aburridas y se pasaron muy lentas, además no
conseguía concentrarme en nada, ya que las alas de Marcos ocupaban mis
pensamientos. Eran increíbles y tan bellas como él… hay no, fuera ese
pensamiento, no me podía gustar Marcos, si a penas le conocía y yo tenía novio
al que quería un montón. Pero era estar cerca se él y sentir las famosas
mariposas en el estómago.
Cuando terminaron las clases me fui al baño a refrescarme un poco,
ya que no me encontraba muy bien. Alguien me sorprendió por detrás. MI hermana.
-Hola Adri-la dije dándome la vuelta.
-Hola Serena, ¿ qué haces sola?- me pregunto mientras se ponía un
poco de brillo en los labios.
-Nada, es solo que no me encuentro muy bien que digamos.
-¿Has vuelto a beber?- me preguntó
mirándome seriamente a los ojos.
-No, nada de eso, ya sabes cómo se pondría Héctor.
-Sí, no me lo quiero ni imaginar- hubo un momento de silencio
hasta que ella volvió a hablar- Pero entonces ¿Qué te pasa?- la mire como con
sorpresa- venga, en mi puedes confiar soy tu hermana- aquello me saco una
sonrisa, y dejándome llevar me puse a llorar y le conté todo.
Le conté lo de Marcos y como me sentía cuando estaba a su lado.
-Pues a lo mejor es que sientes algo por él.
-No, no puede ser, yo quiero a Erick.
-A veces se puede querer a más de una persona al mismo tiempo.
-Ya, pero yo sé que no me gusta….Creo.
-Bueno, pues…- Adri se calló cuando vimos saliendo de la puerta
del baño a Valeria, no me puedo creer que haya escuchado la conversación.
-¿Has estado escuchando?- le pregunté de mal modo.
-No, yo estaba en el baño y vosotras os habéis puesto a hablar-
dijo con una sonrisilla en la cara.
-Ni se te ocurra decir nada a nadie de esta conversación- dijo
Adriana esta vez.
Ella no dijo nada, si no que se lavó las manos y se dirigió a la puerta, pero a mitad de camino me miró y
dijo.
-Deberías aprender a no hablar de tus cosas privadas en un sitio
público, si no quieres que la gente se entere.
-Sí, y tu deberías a aprender a no escuchar conversaciones ajenas
detrás de los baños- ella estaba yendo hacia la puerta, pero yo me adelante y
la di en el hombro- Puta…
-¿Qué me has dicho?- dijo ella esta vez enfadada.
-Nada, que te quiero mucho- la dije lanzándola un beso en plan
mal.
-Cuidado con lo que dices o haces, porque puedo decir todo lo que
he escuchado en el baño- dijo sonriendo,
aquello me sacó de quicio, y me abalancé contra ella.
-Dilo y estas muerta- la grite mientras la tiraba de los pelos.
Empezamos a gritar y a tirarnos del pelo mutuamente. Todo el mundo
nos miraba, hasta que mis amigas y las suyas nos separaron.
-¿Estás bien Serena?- dijo Mel preocupada.
-Sí, no te preocupes.
-Johnson, Gilbert a mi despacho- dijo la directora entrando en
escena- ¡Ya!
-Luego nos cuentas- dijo Mel. Yo asentí con la cabeza. Ahora al
despacho de la directora, genial.